Debido a la crisis económica actual la situación del empleo es crítica. El paro en la OCDE ya era del 8,5% en 2010, presentando además grandes diferencias entre países.
En España, hemos sufrido el mayor incremento de paro de los países que componen la OCDE y alcanzamos la mayor tasa de paro en 2010 con un 20,1%. Actualmente el dato se sitúa en el 23,6%, más de cinco millones de parados, de los cuales un 1,5% son de larga duración, el grupo más preocupante.
¿Qué relación guarda este comportamiento con los rasgos específicos del mercado de trabajo español? El mercado de trabajo en nuestro país presenta una serie de características que justifican, o al menos explican, esta tendencia.
Por un lado, existe una hipersensibilidad del nivel de empleo ante cambios en la coyuntura económica. Los ciclos alcistas se saldan con una creación muy rápida de puestos de trabajo, pero cuando el ciclo es bajo la destrucción de empleo es alarmante. Esto se debe en gran medida al apoyo sobre un sector principal, el de la construcción. En el caso de la crisis actual, con la burbuja inmobiliaria, la cantidad de empleos ligada a la construcción alcanzó tasas record. Con la explosión de la burbuja, todos esos nuevos puestos e incluso gran parte de los puestos anteriores desaparecieron, relegando a gran parte de la población al desempleo en un corto periodo de tiempo.
En segundo lugar, cabe destacar que la tasa de temporalidad que presenta nuestro país es muy elevada, con un bajo peso del trabajo a tiempo parcial. Esta temporalidad hace que el mercado de trabajo no sea muy estable y, aunque se ha intentado eliminar a lo largo de los años con numerosas reformas, no se han conseguido reducir los altos niveles de temporalidad.
La sobre-educación universitaria de la fuerza de trabajo es otra característica clave de nuestro mercado laboral. Se necesita capital humano bien formado, pero se ha producido una rápida, e incluso algunos calificarían de excesiva, expansión del sistema universitario, masificándose el acceso a la educación superior en detrimento de otros modelos como el de formación profesional avanzada (FP), que sufre un claro déficit, lo que a su vez ha deteriorado la valoración de los títulos universitarios por parte de las empresas, descendiendo alarmantemente el nivel salarial de los titulados.
Además, existen elevadas barreras de entrada a determinados servicios profesionales, debidas en parte a presiones por parte de los propios trabajadores del sector, que no quieren que nuevos profesionales diversifiquen la oferta.
Por último, cabe destacar una dualidad y segmentación del mercado laboral con los outsiders y los insiders.
En cuanto a los grupos más afectados, destacan los jóvenes de 16-24 años, con una tasa de paro superior al 40%, los inmigrantes, con un porcentaje superior al 30%, las personas con contratos temporales que suponen el 90% de los puestos de trabajo destruidos entre junio del 2008 y junio del 2010, los trabajadores poco cualificados y los empleados de determinados sectores, como el de la construcción, que cayó un 25% en solo un año.
Singularidades del mercado de trabajo español
4.5.12
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