Hoy en día estamos hartos de oír hablar de la crisis, de cómo y por qué estamos en una situación económica tan crítica como en la que nos encontramos, de quiénes son o no son los responsables de tamaña recesión económica, de si se pudo (que se pudo) o no evitarla y de tantas otras cosas que aparecen cada día en nuevos documentales, películas o libros.
Otro de los temas estrella es el cambio climático, sí, ese cambio al que muchos abuelitos hacen referencia cuando dicen… “si esto ni es invierno ni es ná, cuando yo era joven los inviernos lo eran de verdad”. Y cierto es que estamos viviendo un invierno demasiado suave, pero el frío llegará, y cuando lo haga echaremos de menos estos inviernos “de mentira”.
Pues bien, ¿y si os dijera que entre estos dos aparentemente distantes temas hay quien ha encontrado una clara conexión? Una argumentación que afirma que no es casual encontrarnos en una situación crítica tanto a nivel económico como a nivel medioambiental.
Este es el caso del libro de Thomas Friedman, “Caliente, plana y abarrotada”, publicado por la editorial Planeta. A lo largo de sus páginas el autor de “La tierra es plana” justifica por qué considera que vivimos en un mundo caliente, plano y abarrotado, haciendo referencia a la globalización, el cambio climático y el creciente aumento de la población mundial.
Las numerosas anécdotas y el lenguaje desenfadado hacen de este libro un buen ejemplar para comprender temas actuales y descubrir nuevas perspectivas.
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