Nubes de polémica se ciernen sobre el Liverpool, descargando controvertidos aguaceros sobre el equipo, que últimamente no levanta cabeza. El club inglés se ha visto de nuevo envuelto en una polémica de corte racista después de que, hace tan solo veinte días, Luis Suaréz evitase saludar a su homólogo Patrice Evra, jugador del Manchester United, en un gesto tan segregacionista como absurdo. El jugador fue entonces justamente sancionado por su actuación con ocho partidos, durante los que tendrá que ver los goles desde la barrera.
Pero si el equipo pensaba que el aguacero racista que se cernía sobre el club terminaría ahí estaba muy equivocado. Días más tarde, la compañía multinacional de seguros Groupama, que ya había trabajado antes con figuras del mundo deportivo como Iker Casillas, emitía en televisión un anuncio en el que podía verse al guardameta español Pepe Reina, jugador del Liverpool desde julio de 2005, junto a una ficticia tribu africana.
En una parodia, tan absurda como falta de malicia, el jugador era invitado a unirse a la tribu como “reina” del clan, jugando de esta forma con su apellido, mientras le empujaban cariñosamente hacia los brazos del jefe de la tribu.
Las críticas a esta producción publicitaria, obra del director de cine Javier Fesser, no se han hecho esperar, siendo denunciada por la ONG británica Operation Black Vote (Operación Voto Negro). Su director, Simon Woolley, se ha mostrado sorprendido ante la participación del guardameta, manifestando que, tras más de una década trabajando y residiendo en Reino Unido, debería mostrar mayor respeto por la gente de color, evitando realizar bromas más propias de los años 50.
Resulta cuanto menos arriesgado realizar este tipo de comentario cuando lo que se pretende es criticar una actuación racista, pues puede dar a entender que residir en Reino Unido otorga al jugador una riqueza cultural que no tendría de residir en otro territorio.
Parece que los prejuicios siempre van primero y ya pocos aspectos de la vida pueden ser tratados desde una humorada perspectiva sin que se intente buscar tres pies al gato. La importancia de este tipo de asociaciones es fundamental para el desarrollo de una sociedad igualitaria, libre y en armonía, pero no pueden convertirse en agrupaciones suspicaces que respinguen ante cualquier mínimo parecer de agravio.
El anuncio ha sido retirado por la compañía tras pedir disculpas y asegurar que no considera que el comercial “contenga ningún tipo de contenido discriminatorio”.
Pero, Simon Woolley no está satisfecho y en unas declaraciones para The Mirror Football el director de la ONG ha preguntado que “¿Cómo se sentirían los españoles si fueran estereotipados como subdesarrollados, estúpidos y homosexuales?, si realmente les preocupa deberían disculparse”.
¿Acaso quiere señalar que ser homosexual se trata de una característica negativa y posiblemente equiparable a pertenecer a un país subdesarrollado, o se refiere a que cualquiera de estas dos es similar a ser estúpido?
Se ha perdido la visión de lo que se defiende si para ello se realizan acusaciones al aire que sin duda resultan más graves que la crítica inicial a una absurda producción publicitaria.
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