Estas Navidades ha llegado la explosión. Por fin ese anunciado momento que nos vienen publicitando navidad tras navidad en los últimos años ha llegado. Pero no se ha producido porque las editoriales españolas, las verdaderas número uno en el mercado de habla hispana, hayan tomado la decisión de apostar por las nuevas tecnologías, no. Se ha producido por la llegada “relativa” de Amazon a España. Y digo relativa porque su almacén nacional aún no es funcional y nos sirven los productos desde Francia o Alemania.
Pero, en lo que a e-books se refiere, da igual. Lo que verdaderamente importa es el modelo de negocio. Un negocio en el que al usuario se le provee de un equipo que facilita el proceso y que tiene un coste ínfimo para cualquier lector, por poco asiduo que sea. Un negocio que, basado en la tienda de libros, facilita al usuario las compras e incluso se aprovecha del consumismo "compulsivo", todo ello a precios mucho más competitivos.
Es cierto que, a estas alturas, el modelo tradicional sigue siendo la tarta casi completa, pues la venta de e-books no representa aún niveles importantes, pero lo que importa es la tendencia, y lo que no nos podemos permitir es llegar tarde.
Quizá por no mermar unos ingresos seguros en el corto plazo, se ha puesto en peligro la continuidad de unas grandes empresas que hasta ahora eran referencia en el mundo hispano hablante.
Los lectores asiduos, los que compran varios ejemplares al mes, hace tiempo que habían descubierto las ventajas del libro electrónico, pero las editoriales no les escuchaban, era más importante mantener el negocio que satisfacer a la clientela y, ahora, los clientes y los autores quizá tienen otras referencias que harán más difícil mantener el negocio.
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